Lejos quedan ya los tiempos, en los que en una sociedad con baja cultura financiera, e información sólo al alcance de unos pocos, los inversores creían a “pies juntillas” todas aquellas recomendaciones de inversión ofrecidas por su Asesor Financiero (o director de oficina de turno), aunque estas recomendaciones, no fueran siempre las más acertadas. Desde