Tras la reorganización estructural y laboral de las entidades financieras, básicas en la historia del asesoramiento financiero, parece fundamental tener la máxima claridad sobre donde puede trabajar hoy en día un asesor o un agente financiero. Siguiendo la línea fijada en el anterior artículo, nos centraremos ahora en las Sociedades Gestoras de Carteras (SGC), otra de las modalidades de las empresas de servicio de inversión que un asesor financiero puede crear, y que puede convertirse en alternativa a las empresas de asesoramiento financiero.
En lo que respecta a las Sociedades Gestoras de Carteras, una persona que tiene conocimientos y competencias financieros y que quiera asesorar por cuenta propia, puede constituir este tipo de entidades que, como empresa de servicios de inversión, permite realizar asesoramiento, pero además prestar servicios de gestión de carteras a sus clientes conforme al mandato que éstos le hayan conferido.
Efectivamente, aunque las empresas de asesoramiento financiero (EAF) es la forma jurídica más frecuente para poder ejercer esta labor de asesorar, dado los menores requisitos que necesita en comparación con otras empresas de servicios de inversión (ESI), vamos a fijarnos también en las entidades que gestionan carteras y, concretamente, en la Sociedades Gestoras de Carteras, pues existe la oportunidad para el asesor de crear una SGC, quizás la menos compleja de constituir después de la EAF.
El servicio de gestión discrecional de carteras supone, como sabemos, que el inversor delega la toma de decisiones en la entidad de la que es cliente y, por tanto, es ésta la encargada de decidir qué es lo más adecuado en cuanto a instrumentos financieros y soluciones de inversión.
Una de las diferencias fundamentales con el asesoramiento es precisamente que en este último es el propio cliente el que toma la decisión final sobre sus inversiones.
La gestión de carteras puede hacerse a través de diversas formas de organización. Cuando un inversor encarga la gestión de su cartera a una entidad, ésta debe ser una de las autorizadas por la normativa para prestar esta labor; una de las empresas autorizadas son las SGC que, como mencionamos, son empresas de servicios de inversión, pero que sólo pueden gestionar carteras ajenas y no pueden crear carteras con patrimonio propio; es decir, tienen clientes que delegan en ellas la gestión de sus inversiones, no pudiendo actuar por cuenta propia y únicamente pueden realizar operaciones en nombre de sus clientes.
Como consecuencia de realizar esta labor de gestión de carteras, la normativa exige mayores requisitos para las SGC como veremos en los próximos artículos.
Miguel Lafita
Profesor del Máster en Asesoramiento Financiero de la UPV
Este post es la segunda parte de una serie de entradas sobre el mismo tema, en el que vamos profundizando sobre ¿Dónde puede trabajar un asesor financiero?
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En otra serie de entradas analizamos ¿Qué necesito para ser Asesor Financiero?
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